VISITA PASTORAL DEL PAPA FRANCISCO A CARPI Y MIRANDOLA
ÁNGELUS
V Domingo de Cuaresma, 2 de abril de 2017
LLAMAMIENTOS
Estoy profundamente apenado por la tragedia que ha golpeado Colombia, donde una gigantesca avalancha de fango causada por lluvias torrenciales embistió la ciudad de Mocoa causando numerosos muertos y heridos. Rezo por las víctimas y aseguro mi cercanía y la vuestra a cuantos lloran la desaparición de sus seres queridos, y doy las gracias a todos los que están trabajando para prestar socorro.
Siguen llegando noticias de sangrientos enfrentamientos armados en la región de Kasai en la República Democrática del Congo, enfrentamientos que están causando víctimas y desplazamientos y que también afectan a las personas y propiedades de la Iglesia: iglesias, hospitales, escuelas. Aseguro mi cercanía a esta nación, y exhorto a todos a rezar por la paz, para que los corazones de los artífices de tales crímenes no permanezcan esclavos del odio y de la violencia, porque siempre el odio y la violencia destruyen.
Además, sigo con gran atención lo que está ocurriendo en Venezuela y en Paraguay. Rezo por aquellas poblaciones, muy queridas para mí, e invito a todos a perseverar sin descanso, evitando cualquier tipo de violencia, en la búsqueda de soluciones políticas.
Queridos hermanos y hermanas:
Quiero daros las gracias por haber venido a esta Misa: quiero dar las gracias a todos, a todos los que han trabajado en esta doble maratón: el del domingo pasado [por la inauguración de la catedral restaurada] y este... ¡muchas gracias! Y quiero daros las gracias a vosotros, los enfermos: ¡Hay 4.500 enfermos aquí! Gracias a vosotros que con vuestros sufrimientos ayudáis a la Iglesia, ayudáis a llevar la Cruz de Cristo. Gracias. ¡Muchas gracias!
Y al final de esta celebración, nuestro pensamiento se dirige a la Virgen, a la que veneráis en la iglesia catedral dedicada a ella. A María le ofrecemos nuestras alegrías, nuestras penas y nuestras esperanzas. Le pedimos que vuelva sus ojos misericordiosos a los que sufren, especialmente a los enfermos, los pobres y los que no tienen un trabajo digno.
Recordando el celo apostólico de dos laicos de vuestra tierra, el beato Odoardo Focherini y la venerable Marianna Saltini, testigos de la caridad de Cristo, os saludo con gratitud, fieles laicos. Os animo a ser protagonistas en la vida de vuestras comunidades, en comunión con vuestros sacerdotes: apostad siempre por lo que es esencial en el anuncio y el testimonio del Evangelio.
Muchas gracias a ti, querido obispo Francesco, y a todos vosotros los obispos de la región de Emilia-Romaña, por vuestra presencia, y sobre todo, al pastor de esta diócesis, Mons Francesco Cavina: os exhorto a estar cerca de vuestros sacerdotes con la escucha, la ternura y la cercanía atenta.
Por último, quisiera dar las gracias a todos y cada uno de vosotros, queridos fieles, sacerdotes, religiosos y religiosas, a las autoridades y especialmente a todos los que han colaborado para organizar esta visita, con un pensamiento especial para el AGESCI y el coro, formado por todas las corales de la diócesis, que ha animado esta liturgia.
Confiemos nuestras vidas y el destino de la Iglesia y del mundo a María, rezando juntos la oración del Ángelus. Angelus domini...
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