VISITA PASTORAL DEL PAPA FRANCISCO
A LA PARROQUIA ROMANA DE SAN GELASIO I, PAPA, EN PONTE MAMMOLO
HOMILÍA DEL SANTO PADRE
Domingo, 25 de febrero de 2018
Jesús se deja ver a los Apóstoles como es en el cielo: glorioso, luminoso, triunfante, vencedor. Y esto lo hace para prepararles a soportar la Pasión, el escándalo de la cruz, porque ellos no podían entender que Jesús hubiera muerto como un criminal, no podían entenderlo.
Ellos pensaban que Jesús fuera un libertador, pero como son los libertadores terrenales, los que ganan en la batalla, los que son siempre triunfadores. Y el camino de Jesús es otro: Jesús triunfa a través de la humillación, la humillación de la cruz. Pero puesto que esto hubiera sido un escándalo para ellos, Jesús les hace ver lo que viene después, lo que hay después de la cruz, lo que nos espera a todos nosotros. Esta gloria y este cielo.
¡Y eso es muy hermoso! Es muy hermoso porque Jesús —y esto escuchadlo bien— nos prepara siempre para la prueba. En un modo o en otro, pero este es el mensaje: nos prepara siempre. Nos da la fuerza para ir adelante en los momentos de prueba y vencerlos con su fuerza.
Jesús no nos deja solos en las pruebas de la vida: siempre nos prepara, nos ayuda, como ha preparado a estos [los discípulos], con la visión de su gloria. Y así ellos después recordaron esto [el momento] para soportar el peso de la humillación.
Esto es lo primero que nos enseña la Iglesia: Jesús nos prepara siempre para las pruebas y en las pruebas está con nosotros, no nos deja solos. Nunca. Lo segundo, podemos tomarlo de las palabras de Dios: «Este es mi Hijo, el amado. Escuchadle». Este es el mensaje que el Padre da a los Apóstoles. El mensaje de Jesús es prepararlos, haciéndoles ver su gloria; el mensaje del Padre es: «Escuchadle». No hay un momento en la vida que no se pueda vivir plenamente escuchando a Jesús. En los momentos hermosos, deteneos y escuchad a Jesús; en los momentos malos, deteneos y escuchad a Jesús. Este es el camino. Él nos dirá lo que tenemos que hacer. Siempre. Y vamos adelante en esta Cuaresma con estas dos cosas: en las pruebas, recordad la gloria de Jesús, es decir, lo que nos espera; que Jesús está presente siempre, con esa gloria para darnos fuerza.
Y durante toda la vida, escuchad a Jesús, lo que nos dice Jesús: en el Evangelio, en la liturgia, siempre nos habla; o en el corazón.
En la vida cotidiana, tal vez tengamos problemas, o tengamos que resolver muchas cosas. Hagámonos esta pregunta: ¿Qué nos dice Jesús hoy? Y busquemos escuchar la voz de Jesús, la inspiración desde dentro. Y así seguimos el consejo del Padre: «Este es mi Hijo, el amado. Escuchadle». Será la Virgen la que te dé el segundo consejo en Caná, en Galilea, cuando se produce el milagro del agua [trasformada] en vino. ¿Qué dice la Virgen? «Haced lo que Él diga». Escuchar a Jesús y hacer lo que Él dice: este es el camino seguro. Ir adelante con el recuerdo de la gloria de Jesús, con este consejo: escuchar a Jesús y hacer lo que Él nos dice.
Antes de regresar al Vaticano, saludó a los fieles que estaban reunidos fuera de la parroquia:
Estoy pensando en algo: abrir una parroquia en el Polo Norte, y vosotros que habéis pasado tanto frío podéis ir allí para hacer la parroquia... ¿Qué decís? ¿Os gusta? Gracias, gracias por quedaros aquí, al frío.
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