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VISITA DEL SANTO PADRE
AL PARLAMENTO EUROPEO Y AL CONSEJO DE EUROPA

ENCUENTRO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
CON LOS PERIODISTAS EN EL VUELO DE REGRESO DE ESTRASBURGO
 
Martes 25 de noviembre de 2014

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Bernard Renaud: Esta mañana, ante el Parlamento europeo, Usted tuvo un discurso con palabras pastorales pero con palabras que se pueden oír como palabras políticas, y que se pueden aproximar —según mi parecer— a un sentimiento socialdemócrata. Puedo tomar un ejemplo breve, cuando Usted dice que se debe evitar que la fuerza real expresiva de los pueblos sea desplazada ante los poderes multinacionales. ¿Podemos decir que Usted podría ser un Papa socialdemócrata?

Esto es reductivo. Allí me siento en una colección de insectos: «Este es un insecto socialdemócrata...». No, yo diría que no. No sé si soy un Papa socialdemócrata o no... Yo no me atrevo calificarme de una o de otra parte. Lo que me atrevo decir es que esto viene del Evangelio: este es el mensaje del Evangelio, asumido por la doctrina social de la Iglesia. En esto, en concreto, y en otras cosas —sociales o políticas— que he dicho, no me he separado de la doctrina social de la Iglesia. La doctrina social de la Iglesia viene del Evangelio y de la tradición cristiana. Esto que dije —la identidad de los pueblos— es un valor evangélico, ¿no? En este sentido lo digo. Me has hecho reír, ¡gracias!

Jean-Marie Guénois: No había casi nadie esta mañana por las calles de Estrasburgo. La gente se sentía decepcionada. ¿Se arrepiente de no haber ido a la catedral de Estrasburgo, que este año festeja el milenario? ¿Y cuándo realizará su primer viaje a Francia? ¿A qué lugar? ¿Tal vez a Lisieux?

No, no está programado todavía, pero ciertamente hay que ir a París, ¿no? Hay una propuesta para ir a Lourdes... Yo pedí una ciudad a la que no haya ido ningún Papa, para saludar a los ciudadanos. Pero el proyecto no se ha hecho. Y en cuanto a Estrasburgo, la cuestión se pensó, pero ir a la catedral habría significado ya una visita a Francia. Y este fue el problema.

Giacomo Galeazzi: Me impresionó en el discurso al Consejo de Europa el concepto de transversalidad, al que Usted hizo referencia, y en especial se refirió a los encuentros que tuvo con jóvenes políticos de diversos países. En concreto habló también de la necesidad de una especie de pacto entre las generaciones, de acuerdo intergeneracional al margen de esta transversalidad. Luego, si me lo permite, una curiosidad personal: ¿es verdad que Usted es devoto de san José, y que en su habitación tiene una estatua?

¡Sí! Siempre, cuando he pedido algo a san José, me lo ha dado. El hecho de la «transversalidad» es importante. He visto en los diálogos con los jóvenes políticos, en el Vaticano, sobre todo de diversos partidos y naciones, que ellos hablan con una música distinta que se orienta a la transversalidad: ¡es un valor! Ellos no tienen miedo de salir de la propia pertenencia, sin negarla, sino salir para dialogar. ¡Y son valientes! Creo que esto tenemos que imitarlo; y también el diálogo intergeneracional. Este salir para encontrar personas de otras realidades y dialogar: Europa hoy necesita esto.

Javier María Alonso Martínez: En su segundo discurso, el que dirigió al Consejo de Europa, Usted habló de los pecados de los hijos de la Iglesia. Quisiera saber cómo recibió las noticias sobre este caso de Granada, que Usted, en cierta manera, hizo salir a la luz...

Yo la recibí, me la envió a mí; la leí, llamé a la persona y dije: «Tú mañana vas a ver al obispo»; y escribí al obispo para que comenzara el trabajo, hacer la investigación y seguir adelante. ¿Cómo la recibí? Con gran dolor, con grandísimo dolor. Pero la verdad es la verdad, y no debemos esconderla.

Andreas Englisch: Usted ha hablado a menudo, en los discursos ahora en Estrasburgo, tanto de la amenaza terrorista como de la amenaza de la esclavitud: estas son actitudes típicas también del Estado islámico, que amenaza a gran parte del Mediterráneo, amenazan incluso a Roma y también a Usted, a su persona. ¿Piensa que también con estos extremistas se pueda tener un diálogo, o cree que esto es una cuestión perdida?

Yo nunca doy por perdida ninguna cuestión, nunca. Tal vez no se pueda mantener un diálogo, pero nunca cerrar una puerta. Es difícil, puedes decir «casi imposible», pero la puerta siempre abierta. Usted ha usado dos veces la palabra «amenaza»: es verdad, el terrorismo es una realidad que amenaza... Pero la esclavitud es una realidad introducida en el tejido social de hoy, ¡desde hace tiempo! El trabajo esclavo, la trata personas, el comercio de niños... ¡es un drama! No cerremos los ojos ante todo esto! La esclavitud, hoy, es una realidad, la explotación de las personas... Y luego está la amenaza de estos terroristas. Pero también otra amenaza es el terrorismo de Estado. Cuando las cosas crecen, crecen, crecen, y cada Estado por su cuenta se siente con el derecho de masacrar a los terroristas, y con los terroristas caen muchos que son inocentes. Esto es una anarquía de alto nivel que es muy peligrosa. Con el terrorismo se debe luchar, pero repito lo que dije en el viaje anterior: cuando se debe detener al agresor injusto, se debe hacer con el consentimiento internacional.

Caroline Pigozzi: Quería saber si cuando Usted viaja a Estrasburgo viaja, en su corazón, como sucesor de Pedro, como obispo de Roma, o como arzobispo de Buenos Aires... Es una pregunta de mujer...

Caroline es muy sutil... No lo sé, de verdad no lo sé. Pero... viajo, creo, con las tres cosas, porque nunca me he planteado esta pregunta. Usted me obliga a pensar un poco. No, pero de verdad... La memoria es de arzobispo de Buenos Aires, pero esto ya no existe. Ahora soy obispo de Roma y sucesor de Pedro, y creo que viajo con esa memoria pero con esta realidad: viajo con estas cosas. En este momento, Europa me preocupa; es un bien para ayudar que yo siga adelante, y esto como obispo de Roma y sucesor de Pedro: allí soy romano.

Muchas gracias por vuestro trabajo. Ha sido verdaderamente un día intenso. Gracias, muchas gracias. No os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo!

 



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