JUAN PABLO II
ÁNGELUS
Domingo 21 de septiembre de 1997
Amados hermanos y hermanas:
1. Se acerca el Encuentro mundial del Papa con las familias, que tendrá lugar en Río de Janeiro durante los primeros días del mes próximo. También hoy mi reflexión se orienta hacia este importante acontecimiento que, si Dios quiere, tendré la alegría de presidir, y es importante que las comunidades cristianas, y especialmente las familias, lleguen a él con ánimo dispuesto y preparado.
Con viva satisfacción he sabido que representantes de asociaciones y movimientos en favor de la familia y de la vida irán de todas las partes del mundo a Río de Janeiro. Darán juntos un gran testimonio, que tendrá el significado positivo de un desafío. Dirán al mundo que, inspirando su existencia en el Evangelio, es posible vivir un amor fiel, responsable y generoso; dirán que la familia es la cuna natural, en la que es posible acoger con alegría la vida humana, amarla, protegerla y educarla.
Queridas familias, ¡sed sal de la tierra y luz del mundo! (cf. Mt 5, 13-14). Hoy, más que nunca, vuestra tarea urgente consiste en proclamar, con vuestro mismo modo de vivir, la belleza y la grandeza del auténtico amor. Acercándoos en el sacramento del matrimonio al misterio del amor de Cristo y de la Iglesia, haced resplandecer en vosotros mismos la luz del Evangelio, en la que está la salvación del mundo.
2. Ayer por la tarde comenzó en Bolonia el XXIII Congreso eucarístico nacional, que tendrá su solemne conclusión el domingo próximo. El tema del Congreso, «Jesucristo, único Salvador del mundo ayer, hoy y siempre», pone este extraordinario acontecimiento espiritual en íntima relación con el gran jubileo del año 2000, del que representa una etapa significativa. En cierto modo, cierra el primer año de preparación inmediata de la cita jubilar, dedicado a la reflexión sobre Jesús.
Si Dios quiere, tendré la alegría de tomar parte personalmente en las celebraciones conclusivas del Congreso, el sábado y el domingo próximos. Sin embargo, ya desde ahora quisiera invitar a todos los creyentes a unirse espiritualmente con la oración a este encuentro de fe y de fuerte experiencia eclesial, que ve unida en torno a Jesús-Eucaristía a toda la Iglesia que está en Italia, a fin de adorarlo y recibir de él nuevo vigor para el compromiso diario al servicio del Evangelio.
3. Encomendemos nuestra oración a la intercesión de María santísima, Madre del Verbo encarnado y Reina de la familia. Que ella impetre de su Hijo divino el éxito de estos importantes acontecimientos eclesiales.
Después del Ángelus
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española que se han unido a esta entrañable oración mariana del Ángelus. Os invito a escuchar la voz del Señor y a acogerla con gozo, como hizo María ante el Ángel de la Anunciación. A vosotros y a vuestros seres queridos, os bendigo de corazón.
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«Una carrera contra el tiempo»: este es el tema de la actual Jornada mundial de Alzheimer, destinada a sensibilizar la opinión pública sobre esta insidiosa enfermedad, que afecta a millones de personas en el mundo. Expreso mi aprecio por la noble finalidad de la Jornada y aseguro un recuerdo particular en la oración por las personas que padecen esta enfermedad, y por sus familiares. Ruego también por las asociaciones comprometidas en sostenerlos, por los agentes sanitarios y los investigadores, y animo a todos a proseguir en esta obra de solidaridad tan importante, prestando especial atención a las situaciones de mayor malestar y abandono.
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