JUAN PABLO II
ÁNGELUS
Domingo 5 de diciembre de 2004
1. Nos preparamos para celebrar, con íntima alegría, la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la santísima Virgen María, que este año asume un significado particular. En efecto, se conmemoran 150 años de la proclamación de este importante dogma mariano.
2. Recordaremos este aniversario el próximo 8 de diciembre con una solemne celebración eucarística en la basílica vaticana, donde en 1854 mi venerado predecesor, el beato Pío IX, proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción juntamente con numerosos obispos de todo el mundo. Así rendiremos homenaje a la Tota pulchra, a la que Dios eligió como Madre de su Hijo unigénito.
3. Además, como todos los años, por la tarde iré a la plaza de España para el tradicional homenaje a la Inmaculada. Os invito a todos vosotros, queridos romanos y peregrinos, a uniros a mí en este acto de veneración filial a nuestra Madre celestial.
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